miércoles, 6 de octubre de 2010

primer otoño

Corro, vuelo,
entre los pinos,
entre la gente gris, sobre el asfalto.
Corro.
Yo voy más rápido que el viento,
con  los ojos, los brazos, la esperanza
abiertos. Corro.
Como si no fuera a llegar
mañana.
Y me duelen los pies, y me fatigo,
me falta el aire,
respiro a bocanadas
y me rompo  en colores y canciones
y ya soy yo.

2 comentarios:

Athenea dijo...

Ni la fatiga ni el dolor pueden detenernos cuando tenemos la esperanza abierta de par en par. Qué maravilla.

Llanos Guillén dijo...

;-) Voy a tener que mirar los comentarios más a menudo... o me paso o no llego! Un abrazo, esperanzado, abierto, atento!