jueves, 21 de julio de 2011

aniversario

Yo no quiero que sufras
le dije
mirándola a los ojos
ese día más verdes que otros días;
pero nada le dije de mi llanto
ni de la soledad que me esperaba,
del miedo y del dolor
nada le dije.
Era la despedida.

Y me marché 
      más huérfana que nunca,
más perdida, más triste 
     y más pequeña.

7 comentarios:

Antonio M. dijo...

¡Qué bonito! Por un momento, los últimos versos me han recordado alguno de los últimos acontecimientos...aunque no tendrá nada que ver...

Los últimos be-rsos...(soy consciente de la falta de ortografía...)

Un abrazooooooote.

Mirta Gili dijo...

Hola Llanos.

Un poema de una compasión inenarrable, donde el apego duele...

Un homenaje increíble para quien sea !!!

Mi enhorabuena. Besos

Llanos Guillén dijo...

Gracias Antonio, qué bonico eres...Un ber-so para tí ;)
Mirta, qué decirte... a veces también duele escribir lo que duele vivir; muchas gracias por emocionarte y por decírmelo. Un beso.

ADMINISTRADOR dijo...

A parte del emocionante texto..¡que foto más bonica!!!¿qué tienes entre las manos?¿un pajarico?

Un beso grande...

Llanos Guillén dijo...

;) Sí es un pájaro, Mercedes, mi madre era una apasionada de la fotografía y tenemos un montón de fotos bonicas de cuando éramos críos.
Un abrazo.

ceanjo dijo...

que ternura...
no es solo en este poema,
te sigo.

Llanos Guillén dijo...

:) Gracias, ceanjo. Yo también te sigo.