Tenía que decirte
que el gris del cielo
esta mañana ha sido diferente.
Que cae la lluvia
y he abierto la ventana
y he sacado las manos,
las dos
al mismo tiempo,
pero no he sonreído.
Quería que supieras
que ya no me dan miedo muchas cosas
que antes me desvelaban
y que no sé con qué se fue ese miedo.
Y, aunque vuelvo otra vez a dormir sola,
tenías que saberlo,
no tengo frío:
sigo sacando los pies de la cama
y acurrucándome
en una esquina al borde del abismo.
Y es que hoy
tenía tantas cosas que contarte...
4 comentarios:
Precioso, Llanos! Un abrazo de vuelta a la Vida, amiga.
Gracias, Ángel. Aquí estoy otra vez ;-)
Algo de este poema lo he sentido yo. Hay que aprender a sobrevivir, aunque la catástrofe haya sido de aúpa.
Estamos en ello ...
Un beso y gracias.
...nos vemos en ello, Toñi. Un beso, y gracias a ti.
Publicar un comentario