pasan los años,
pero lo que han pasado en realidad
han sido esos millones de minutos
de todos los colores;
incluso esos segundos al borde del abismo,
al borde del orgasmo y la tragedia,
fueron en realidad los que marcaron
mi historia, esta condena
por la vida y un día,
a ignorar el deseo
y a añorar las sonrisas que después
se convierten en llanto
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