Tocamos fondo,
volvemos a subir
así
una vez y otra vez.
A veces, pocas veces,
el agua está calmada
y no se nos ocurre
más que hacernos los muertos.
Yo no quiero morirme
boca arriba, en silencio,
-al menos no por demasiado tiempo-
y exijo el agua en calma,
la vida de la luz y de la niebla,
el gozo de la lluvia mojándonos la piel,
arrastrando sin tregua
el mal y la basura acumulados
-esta desidia...-
en todos los rincones de este mundo.
2 comentarios:
No sabes como me identifico con cada verso de este poema. Has sabido poner imagen a un sentimiento, tan solo con palabras. Certero y a las vísceras.
Besos.
Iba a cambiar algunas palabras, es un poema de esos que salen de golpe y se colocan solitos en el blog :) Pero así se queda, va por ti. Gracias por decirme que te llega. Es importante. Besos, Paula.
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