sábado, 3 de diciembre de 2011

de paso

Miro por la ventana,
veo
las copas verdes de los pinos
movidas por el viento,
los álamos ya casi deshojados.
Miro hacia adentro:
en el vaso los restos del café,
la colilla humeando
dentro del cenicero.
Se ha acabado la música,
solo se oye
respirar a las perras
dormidas.
Ya ves que es todo calma:
ni un sonido estridente,
ni una pizca de frío en el hogar,
ni una luz a destiempo...
y, sin embargo,
hoy diría que sí
casi a cualquier propuesta
que me hiciera olvidar que estoy de paso.

4 comentarios:

ADMINISTRADOR dijo...

Una preciosidad Llanos, qué buen momento, qué bien captado.

Muchas gracias por compartirlo.

Un abrazo, Mercedes.

Llanos Guillén dijo...

Gracias por decírmelo, Mercedes, mola. Un abrazo!

ceanjo dijo...

Llevas una serie de poesías, preciosas, sencillas, y que inevitablemente releo varias veces. ¡ya espero impaciente la próxima! Un abrazo.

Llanos Guillén dijo...

:) Gracias, Ceanjo. Anima saber que hay quien me lee y espera el próximo poema... espero no defraudarte! Un abrazo.